prometo que aquí estoy
el bisturí
recorre la seria anatomía del desierto y
el surco se abre lenta y despiadadamente.
Las catedrales ocultan el silencio
donde me hinco a operar el trasiego.
Yo te nombro tantas veces y
no hay eco que pregone mi rezo.
Hoy he visto una rodilla
redonda y viva
tan viva como una luna llena
desbordada de aureolas.
Se me han perdido la horas
en que nombrarte era
un juego y en la alacena del tiempo
han quedado las sobras.
Mandé, mandé mi vida al infierno
del tiempo que nunca hizo sombras,
en una cámara oculta la ternura
se agolpa.
Puedo ver los contornos
y las aves buscando el labio escondido
también los lagartos
y la dichosa doncella
entónces,
aniquila el vidrio roto
que perturba mi sueno
y rompe el horizonte
para hacer una ola.
1 comentario:
Feliz día de las madres.
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