El camino de la nada, es una fantasía
en donde sentir es la única solución
aunque implique el riesgo de tocar
toda tu vida.
Leí algún día que el rock requiere
cierta exaltación y excitación
como inquietos navegantes entre
los arrebatos y furia de la pasión.
No se puede ser así toda la vida
por que no hay universo, tiempo o mundo
que lo permita.
Las vibraciones se electrocutan y
los requintos flotan a cada momento
entre las percusiones interminables.
Las cabezas son como fuentes en donde
la razón es como una estopa que
se remoja en la emoción.
Los corazones se han colocado
abiertos al centro de la mesa para que,
cuando puedan escucharse,
todos tomen algo y se lo coman.
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