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miércoles, 27 de enero de 2010

Soy mi propio alimento,
mi plato favorito.
Me pongo la servilleta
en el cuello
y comienzo el festín.

Así me desayuno
almuerzo
como y ceno
todos los días.

Y tu me preparas;
eres mi chef,
mi cocinera.

Me pides probar
y yo te doy de comer
en la boca,
con un sorbo
de vino rojo
una flor en la mesa
un mantel naranja
una sonrisa alargada
tus manos descansando
tus ojos cerrados
la puerta abierta
el viento de la ventana
un saxo enojado
un perro ladrando a lo lejos
sonido de campanas
los muertos en el panteón
los niños rechinando columpios
Supertramp
augurio de la noche
y después
al quedar satisfechos
nos miramos sin piedad
pero ya no encontramos
nada...

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